La elección de una cámara integrada o externa para una pantalla interactiva dependerá de las necesidades específicas del entorno educativo o de las salas de reuniones.
En una sala de reuniones pequeña, una cámara integrada puede ser una buena opción, ya que se puede aprovechar para enfocar a los participantes en la sala, sin embargo, en un aula de clase donde el docente o presentador necesitan estar frente a la cámara para interactuar con los participantes a distancia, no sería ideal usar una cámara integrada.
En una clase híbrida, el docente está siempre de pie en frente de la pantalla interactiva y en otros momentos frente a los alumnos, una cámara integrada puede no ser la mejor opción, ya que enfocaría hacia la parte posterior del cuerpo o cabeza del docente si está demasiado cerca, y para usar una pantalla interactiva tiene necesariamente que estar muy cerca. En este caso, una cámara externa sería más apropiada para garantizar que se observe la imagen completa de la pantalla, pero principalmente del rostro y gestos del docente, pudiendo ser colocada en una posición adecuada para enfocar al docente y la pantalla simultáneamente. Por lo tanto, en una clase híbrida donde se necesita una interacción directa entre el docente, los alumnos presenciales y los participantes a distancia, una cámara externa sería preferible a una cámara integrada en la pantalla interactiva.
Así mismo, es posible realizar una clase híbrida con una pantalla interactiva sin una cámara, siempre y cuando la pantalla interactiva tenga al menos los micrófonos integrados para capturar el sonido de la clase. La pantalla interactiva puede utilizarse para mostrar material educativo y permitir a los estudiantes interactuar con los contenidos. Para que los estudiantes remotos puedan participar en la clase, se pueden utilizar plataformas de videoconferencia que permitan compartir la pantalla y la transmisión de audio de los micrófonos integrados.
Incluso cuando una cámara integrada en una pantalla interactiva puede ser una buena opción en algunos entornos de oficinas pequeños, hay algunas limitaciones a considerar:
- Seguimiento automático de movimiento: Una cámara integrada no tendrá la capacidad de seguir automáticamente el movimiento de los participantes. En cambio, una cámara externa puede estar diseñada con tecnología de seguimiento automático para garantizar que la imagen siempre esté enfocada en la persona que habla.
- Cambiar la posición de la cámara: Una vez que la cámara está integrada en la pantalla, no se podrá cambiar su posición. Si la posición de la pantalla cambia, la posición de la cámara también cambiará. En cambio, una cámara externa puede ser ajustada manualmente para enfocar diferentes áreas de la habitación.
- Calidad de imagen: Las cámaras integradas en las pantallas interactivas pueden tener limitaciones en cuanto a calidad de imagen y capacidad de zoom. Las cámaras externas suelen tener mayores capacidades en este aspecto, permitiendo un mayor control sobre la calidad de imagen y la capacidad de ajustar el zoom para enfocar objetos cercanos o lejanos.
Para oficinas medianas o grandes, la mejor opción es también una cámara externa ubicada en la parte superior de la pantalla, pues las cámaras externas para videoconferencia suelen ser de alta calidad (dependiendo de la marca y modelo) y ofrecen características como zoom óptico, seguimiento automático de la persona que está hablando, y la posibilidad de cambiar entre diferentes ángulos de visión.
Cabe indicar que, muchas empresas y usuarios optan por adquirir una cámara de videoconferencia externa, habiendo adquirido antes la pantalla interactiva con una cámara integrada. Esto puede deberse a una variedad de razones, como la necesidad de una mejor calidad de imagen, zoom, enfoque, mayor flexibilidad en la posición de la cámara, o simplemente una preferencia por las limitaciones antes mencionadas.
En cualquier caso, es importante evaluar cuidadosamente las necesidades y requerimientos específicos antes de tomar una decisión sobre qué tipo de pantalla interactiva y cámara de videoconferencia utilizar en un entorno empresarial o educativo para no caer en sobrecostos innecesarios más adelante, y mejorar la calidad de la comunicación y la colaboración de manera efectiva.